Otra tarta salada, a pesar de que el calor no invita a
encender el horno, por este delicioso plato merece la pena sudar un poco en la
cocina.
INGREDIENTES
1 lamina de hojaldre. Uso del congelado
1 berenjena
1 calabacín
1/2 pimiento rojo
Tomates cherry
1 cebolleta
100 gr. De queso de cabra
Aceite de oliva, sal y orégano
PREPARACIÓN
Lavamos la berenjena y cortamos en rodajas finas, dejamos
sobre un plato con sal por encima, para que resulte luego menos amarga. Esto lo
recomiendo como primer paso, porque tiene que estar un tiempo “sudando” y
mientras aprovechamos para preparar el resto. Cuando las vayamos a usar, hay
que enjuagarlas y secarlas un poco con algo de papel de cocina.
Extendemos la lámina de hojaldre todo lo que podamos, la
colocamos una vez extendida sobre una bandeja de horno cubierta con papel
sulfurizado. Se debe doblar un poco el borde para que haga de pequeña barrera
para el relleno.
Lavamos bien el calabacín y cortamos en rodajas.
Pelamos la cebolleta y cortamos por la mitad, luego hacemos
rodajas.
Lavamos el pimiento y cortamos en tiras finas.
Lavamos los tomates cherry cortamos por la mitad.
Cortamos en láminas finas el queso de cabra y distribuimos
sobre la lámina de hojaldre.
Precalentamos el horno a 200 grados.
Disponemos las verduras de la forma que más nos guste,
intentando que quede equilibrada su distribución.
Echamos sal por encima de la verdura, regamos con aceite de
oliva y por último espolvoreamos un poco de orégano.
Metemos en el horno durante una media hora, depende del
horno, apagamos cuando esté dorado por encima.
Disfrutarla.
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