5 de junio de 2012

RESTAURANTE EL COSACO

Hace mucho que no escribo sobre restaurantes, pero El Cosaco merece sobradamente una buena crítica. Como siempre nos comimos todo antes de fotografiarlo, de modo que he robado fotos de varios lugares para poder ilustrar está entrada.



A mediados de mayo fui por segunda vez a este local, el primer restaurante ruso abierto en Madrid, desde 1969 según mis investigaciones. 

Allí celebramos el cumpleaños de mi catador, con tres amigos más, entre ellos los de Observatorio Cervecero, por lo que la cena como no podía ser de otra forma fue con cerveza Baltika, había de dos tipos, más suave y más fuerte. Por llevar un poco la contraria fui la única en tomar la suave.

Foto cortesía de @obscervecero
El local es muy romántico, decorado con esa decadencia que los rusos manejan tan bien. Velas sobre las mesas, que duran exactamente la cena, mesas redondas y luz baja.  Se compone de varios salones, lo que da más privacidad al lugar. Los jueves por la noche tienen música rusa con violines para amenizar la velada. 


Dada su situación privilegiada, está en la Plaza de la Paja, en pleno centro de la Latina, tiene terraza para degustar alguno de sus vodka al fresquito del verano.


Ahora vamos con lo importante, la comida. Como era nuestra segunda visita fuimos por dos motivos, los blinis Arkangel y el Boeuf Woronof. 

Para empezar nos ponen un aperitivo de pepinillos, y nos traen el pan (dos variedades, semillas y normal) con mantequilla.

En nuestra primera visita pedimos el Menú Imperial, una degustación que incluía el Blini Boyarsky, que es un surtido de ahumados, arenques, caviar del Báltico y Keta (salmón) Plato que repetimos para compartir entre los 5 en la segunda visita. 

Blini Boyarsky

Los Blinis, para quien los desconozca, son las tortitas de siempre, muy esponjosas, que se toman acompañadas de los ahumados y nata agría (está muy buena no os dejéis engañar por el nombre). Llenan mucho, a la vez son algo vicio, además eso de ir probando un poco de esto y lo otro me pierde.

Blini
También pedimos el Blini Arkangel, son arenques del mar Blanco en nata, están delicioso, aunque a mi me cansa comer sólo un plato, por eso prefiero el plato variado, y el caviar está delicioso.

Como último entrante a compartir, pedimos el Zakuski Romanov, es un plato compuesto de entremeses calientes. Incluyen dos tipos de preparación de setas, filetes rusos pequeños, dos tipos de empanadas rellenas y un salmón con salsa tártara, todo muy rico, a destacar especialmente las setas.

Después casi todos nos decantamos por el Boeuf Woronof, son unos medallones de solomillo en una crema de hiervas (según la carta) para mí son unos medallones de solomillo en salsa de cielo, es impresionante el sabor de esa salsa, la carne pedirla al punto, estará tierna y jugosa, pero esa salsa, salivo cual perro de Pavlov sólo al recordarlo. La guarnición que viene con el plato es simple arroz blanco y unas rodajas de calabacín. No dejé nada, nunca había dejado un plato tan limpio y eso que ya estaba muy llena.

La única persona que no optó por el delicioso manjar, pidió el Pato Chekhov, no sabría decir como estaba porque no llegué  a probarlo.

En la primera visita, como ya dije pedimos el menú degustación, que incluía el Boeuf Woronof y el famoso Stroganof Imperial, son tiras de solomillo en crema y champiñón, está muy bueno también, pero palidece al lado del otro plato. 

Por supuesto tienen Steak Tartar, ya sabéis , carne cruda picada y aliñada, sabe a eso, a carne cruda aliñada. Aunque no está malo, mejor pedirlo para compartir. Me han recomendado sus filetes rusos, que en la carta aparecen de dos formas Bitki Stroganof y Bitki Stravinsky.

Para terminar pedimos varios postres diferentes. Yo pedí el sorbete San Petersburgo, es un sorbete de limón con vodka, lleva bastante vodka y es digestivo,  mi catador pidió algo que llevaba ron, mucho ron.  Lo más raro que probé fue el Kisel, una crema de frambuesas y vino, con nata líquida. Quien lo pidió los describió como delicioso y empalagoso a la vez. A mi me pareció que le habían echado vino a un bote de mermelada. 

Esta vez tomamos café, pero en mi primera vez probé el te ruso, lo endulzan con mermelada. Está bueno, pero es más aconsejable tomarlo cuando hace frío, y nuestra cena fue en una noche muy calurosa. 

Por último nos invitaron a un chupito de vodka, bastante fuerte, claro que después de haber probado un orujo casero, el chupito fue hasta agradable. En resumen un lugar muy recomendable si quieres una cena deliciosa y original.

Te gustará: Si eres romántico, si adoras los ahumados, los contrastes de sabores y las carnes contundentes.

Para llevar: A tu pareja, sobre todo de primera cita si quieres impresionar,  con amigos dado que los platos se prestan mucho a compartirlos.

Precio: Como siempre depende mucho de lo que pidas, pero no es de los más baratos, entre 30-40 euros por persona. Tienen menú de mediodía a 12 euros.

Aconsejo:  El Boeuf Woronof, y no irse sin probar los blinis.



TFN 913 65 35 48
METRO: LA LATINA


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